Hace apenas un mes, sin haberle invitado, un intruso apareció en nuestras vidas. Habíamos oído hablar de su existencia, de su peligro, de su voracidad, pero no eran más que rumores lejanos. Ninguno éramos plenamente conscientes, en aquel entonces, de su poder, de su capacidad para hacer daño. El COVID-19 tan solo era el eco de voces gritadas en la distancia, ahogadas por los quehaceres de nuestra rutina, y no nos dimos cuenta de que el eco se desplaza con el viento, y de que ese viento pronto alcanzaría nuestras costas.
Finalizaba enero y La Gomera fue testigo del primer contagio; le siguieron Palma de Mallorca, y después Madrid, y Castilla-León, y también Salamanca. Poco a poco, nuestros barrios, calles y plazas se vieron afectados. Sin apenas darnos cuenta, aquellos rumores dejaron de serlo transformándose en ríos de tinta en los periódicos, en cabeceras de telediarios, en noticias que nos hablaban de enfermos y de fallecidos, de ambulancias y de hospitales desbordados, de estado de alarma y de confinamientos.
Sin quererlo, tuvimos que cerrar nuestros negocios, nuestros comercios, nuestros bares, cafeterías y restaurantes. Sin pretenderlo, hubo que apagar las luces de nuestras recepciones. Sin desearlo, tuvo que cesar la música en nuestros pubs y discotecas. Y, para protegernos de este enemigo, atroz e invisible, nosotros y nuestras familias tuvimos que resguardarnos en nuestras casas donde, de repente, una terraza, un balcón o una humilde ventana se convirtieron en los espacios más demandados, desde sonde poder mirar ese nuevo horizonte que se muestra ante nosotros, más incierto que nunca.
Ante esta situación, desconocida para todos, y por nadie deseada, desde la Asociación de Empresarios de Hostelería de Salamanca queremos transmitir un emocionado mensaje de ánimo y agradecimiento.
En primer lugar, queremos recordar a todas aquellas personas y familias que están sufriendo o han sufrido el embate de esta pandemia sobre el bien más preciado que tiene el ser humano: la salud.
Somos conscientes de que son momentos muy difíciles para todos los afectados y que nada puede aliviar el dolor inmenso de haber visto marchar a un ser querido, pero al mismo tiempo queremos compartir ese dolor, queremos decir que les acompañamos en su tristeza y darles nuestro más afectuoso y sentido abrazo, muy especialmente las familias de aquellas personas que, de una manera u otra, han estado ligadas al mundo de la hostelería salmantina, y que desgraciadamente nos han dejado.
En segundo lugar, deseamos mandar un mensaje de AGRADECIMIENTO, con MAYÚSCULAS, a todo el personal que está haciendo frente en primera línea de fuego a esta pandemia y que por ello tienen más riesgo de contagiarse: al personal sanitario, a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, a los miembros del Ejército, a los Bomberos, a los servicios de limpieza, y a tantos otros colectivos que están arriesgando sus vidas para salvar las nuestras o, simplemente, para que podamos seguir disfrutando con normalidad cuando escuchemos que podemos retornar a esa cotidianeidad añorada, ahora perdida, y que esperamos que no tarde mucho en volver.
Finalmente, permítannos trasladarles un ruego: cuidémonos todos y entre todos, permanezcamos en nuestros hogares mientras sea necesario hacerlo, pensemos que la lucha aún no ha terminado a pesar de lo conseguido hasta el momento, y apoyémonos mutuamente desde nuestros respectivos ámbitos, porque todos juntos formamos un grupo humano que sabe luchar unido y superará esta crisis.
Con la certeza de que, más pronto que tarde, volveremos a brindar con nuestros clientes y amigos, recibid en nombre de la Junta Directiva y del personal de la Asociación, un afectuoso abrazo.
Presidente, Álvaro Juanes Martín
Vicepresidente, Jorge Carlos Moro Corredera
Secretario, Antonio Pérez Salvador
Tesorero, Fernando Curto Gonzalez
Vocal, Manuel Herrero Villanueva
Vocal, Alberto Rodríguez Ribas
Vocal, Raúl Carabias Sanchez
Gerente, Cristina Ruiz Sagarduy
Técnico, Silvia Martín Ruzafa
Admi